El entorno digital actual está lleno de oportunidades, pero también de riesgos. A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las tácticas de los ciberdelincuentes. Esto significa que la ciberseguridad debe seguir siendo una prioridad constante, ya que las amenazas evolucionan continuamente.
Las organizaciones deben proteger sus redes locales, sus plataformas en la nube, sus dispositivos móviles y sus sistemas de gestión de datos. La adopción de la inteligencia artificial, la automatización y la computación en la nube ha abierto nuevas vías para el trabajo remoto, pero también... mayor exposición a ataques.
Por ejemplo, los ataques a la cadena de suministro digital son cada vez más comunes. Los atacantes se infiltran en las empresas a través de sus proveedores o socios. En este contexto, la ciberseguridad debe centrarse en la protección interna y la seguridad de los proveedores, así como de la cadena de valor digital en general.