Consideremos una empresa que pretende mejorar su aplicación de salud mental. A través de un Design Sprint, el equipo se centró en comprender cómo las personas gestionan el estrés diario. Después de las entrevistas y la creación de prototipos, descubrieron que los usuarios prefieren los recordatorios personalizados a los mensajes genéricos.
La implementación de esta idea no solo mejoró la retención de usuarios, sino que también aumentó la satisfacción general. Este es un claro ejemplo de cómo un enfoque centrado en el ser humano, respaldado por metodologías ágiles, puede transformar productos y, en última instancia, vidas.