La agilidad empresarial es más que una ventaja competitiva: es necesaria en un mundo donde las tendencias cambian en un abrir y cerrar de ojos. Las empresas y los profesionales que prioricen esta mentalidad no solo sobrevivirán, sino que prosperarán.
Es hora de preguntarse: ¿estoy preparado para ser más rápido que mi competencia? Si no lo está, el mejor momento para empezar es ahora. Desarrollar una cultura ágil y adoptar prácticas innovadoras garantizará su relevancia y aumentará su impacto en el mercado.